Artículo: Llamado. Escogido. Cubierto.
Llamado. Escogido. Cubierto.
Existe un consuelo constante al saber que nuestras vidas no son fruto del azar. Fuimos creados con un propósito. Somos llamados, elegidos y protegidos por un Dios que conoce cada capítulo de nuestra vida antes incluso de que comencemos a vivirlo.
La gratitud surge naturalmente cuando reconocemos esta verdad. Cada respiración es un regalo. Cada instante es una invitación a actuar con propósito. Podemos reflejar a Aquel que nos precedió y continúa caminando a nuestro lado.
El discipulado no es ruidoso ni complicado. A menudo comienza con pequeñas decisiones cotidianas: una oración silenciosa, una palabra amable, un corazón paciente. Y a veces, puede ser tan simple como la ropa que elegimos usar. La ropa con versículos bíblicos o mensajes de fe hace más que adornar nuestro guardarropa; siembra semillas, abre puertas. Alguien que pasa por tu lado puede leer un versículo en tu hombro y recordar la esperanza a la que se aferraba. Otra persona puede ver tu camisa y hacer una pregunta que dé pie a una conversación que no sabía que necesitaba.
Llevar nuestra fe no es una cuestión de ostentación, sino un acto de voluntad. Una forma de integrar la verdad en la vida cotidiana. Nos recuerda a quién pertenecemos, a la vez que guía silenciosamente a otros hacia Aquel que nunca deja de buscarlos.
No fuimos elegidos para escondernos, sino para compartir. Para caminar con propósito, para dar gracias en cada circunstancia, para revestirnos de verdad y extenderla al mundo que nos rodea.
Esa es la esencia de cada prenda creada con intención. Sencilla. Auténtica. Esperanzadora. Ropa que habla de vida, que nos recuerda con delicadeza que somos llamados, elegidos y estamos plenamente protegidos.





Dejar un comentario
Este sitio está protegido por hCaptcha y se aplican la Política de privacidad de hCaptcha y los Términos del servicio.